domingo, 9 de enero de 2011

Salva tu alma ..........es URGENTE




Salva tu alma ..........es URGENTE

Esto lo dice Jesus a un sacerdote :

SATANAS, EL MALIGNO

Hijo mío, cuando Yo entro en un alma vibra la fe, arde el 

amor y la esperanza es viva.

Pero cuando en un alma está adormecida la Vida divina, 

entonces hay quien es corroí­do por la envidia, los celos y el 

odio y con malas artes bus­ca y encuentra el modo de arrojar

agua sobre el fuego del amor.

Si el amor se puede comparar con un brasero ardiente, tú 

sabes el efecto que produce el agua arrojada sobre él: apaga

el fuego, atenúa el calor, levanta una columna de denso 

vapor, y no deja más que carbones negros.
Esto le sucede en el alma ardiente de amor cuando está bajo 

la acción de Satanás, si no se sabe salvaguardar de la 

pérfida ac­ción de él.
Del amor y del fuego que le arde en el corazón, del calor y 

de la luz no queda ya nada. Una nube de humo envuelve al 

alma, carbones negros, porque negra se ha vuelto el alma 

bajo la acción del pecado.

Hoy, hijo son pocas las almas que tienen conciencia de las 

peligrosas astucias y artes del Maligno porque en él ya nadie 

cree y de él (excepción hecha de pocos), nadie se preocupa 

de defenderse. Así el Maligno puede co­sechar numerosas 

víctimas incluso entre mis sacerdotes.
La ignorancia de quien no cree, las lagunas de la fe, la falta 

de entrenamiento en la lucha, la inexperiencia y el abandono 

total de los medios de defensa, señala a favor del enemigo 

numerosísimas victorias.
¡Pobres almas inexpertas y no solo de simples fieles sino 

también de muchos ministros míos! Estos por el carác­ter 

impreso en sus almas, por la potencia con la cual han sido 

dotados, por la autoridad que los reviste, deberían con­ducir 

las tropas de militantes a espléndidas y fulgurantes victorias 

contra Satanás y sus tenebrosas legiones diabóli­cas.

¿Qué hacer para defenderse?
Creer en la existencia del Enemigo. Si muchos militantes y 

con ellos no pocos sacerdotes no creen en él no pueden 

combatirlo.
Conocer la potencia y la fuerza del Enemigo y conocer 

también la propia fuerza y la propia potencia.
Conocer sus métodos de lucha, sus astucias sus seducciones. 

Al mismo tiempo ser cons­cientes de los propios medios de 

lucha y querer usarlos.
Es claro que si uno ignora la emboscada que el enemigo le 

ha tendido, no puede guardarse de ella, no puede 

defenderse. Al contrario si uno tiene conocimiento de ello, 

prudentemente toma sus precauciones y no solo se prepara 

a la defensa, sino se predispone a atacar.
El más grande enemigo
Hoy, hijo, la casi totalidad de los cristianos igno­ra a su más 

grande enemigo: Satanás y sus diabólicas le­giones.
Ignoran al que quiere su ruina eterna: ignoran la inmensidad 

del mal que Satanás les hace; en cuya comparación, las más 

grandes y graves desventuras hu­manas son una nada.
Ignoran que se trata de la única cosa importante en la vida: 

la salvación de la propia alma.

* Del libro :TU SABES QUE YO TE AMO - 

Mons. Ottavio Michelini - 1975






miércoles, 8 de septiembre de 2010

Natividad de la Santísima Virgen María (8 de septiembre)

 
Natividad de la Santísima Virgen María (8 de septiembre)
 

Hoy es el nacimiento de la gloriosa Virgen María, del linaje de Abraham, nacida de la tribu de Judá, y de la noble estirpe de David. Su vida incomparable ilumina a toda la Iglesia.
Tu nacimiento, santa Madre de Dios, ha anunciado la alegría al mundo entero, pues de ti nació el sol de justicia, Cristo nuestro Dios.

Celebración

Desde muy antiguo se tienen noticias de esta fiesta de la Virgen, primero en oriente y luego en la Iglesia universal. Esta festividad, en la que se conmemora el nacimiento de la que habría de ser la Madre de Dios, y también Madre nuestra, está llena de alegría. Su llegada al mundo es el anuncio de la Redención ya próxima. Muchos pueblos y ciudades, bajo diversas advocaciones celebran hoy su fiesta.

El nacimiento de la Virgen María es un anuncio del nacimiento de Jesús, el preludio de la Buena Nueva. La llegada de esta niña al hogar de san Joaquín y santa Ana significa para el mundo la verdadera esperanza y la aurora de la salvación.

Entre las fiestas con que la Iglesia honra a su Madre, es lógico que ocupe un lugar importante el recuerdo de su nacimiento. La llegada al mundo de la que habría de ser Madre de Dios, es un anuncio y un anticipo de la redención obrada por Jesucristo. Concebida sin mancha de pecado, María nace llena de gracia y de santidad.

Recordemos hoy también nosotros que hemos recibido de Dios una llamada a la santidad, a cumplir una misión concreta en el mundo. Además de la alegría que nos produce siempre el contemplar la plenitud de gracia y la belleza de Nuestra Señora, también debemos pensar que Dios nos da a cada uno las gracias necesarias y suficientes, para llevar a cabo nuestra vocación específica en medio del mundo. También hoy podemos considerar que es lógico que deseemos festejar el aniversario del propio nacimiento porque Dios quiso expresamente que naciéramos, y porque nos llamó a un destino eterno de felicidad y de amor.

No dejemos de festejar hoy a Nuestra Señora con esas delicadezas propias de los buenos hijos.

Oración
Concede, Señor, a tus hijos el don de tu gracia, para que, cuantos hemos recibido las primicias de la salvación por la maternidad de la Virgen María, consigamos aumento de paz en la fiesta de su nacimiento.
Amén.

 

ORACIONES A LA VIRGEN MARÍA

 BENDITA SEA TU PUREZA
 
Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A ti, celestial princesa,
Virgen sagrada, María,
te ofrezco en este día
alma, vida y corazón.
¡Mírame con compasión!
¡No me dejes, Madre mía¡


ORACIÓN DE SAN BERNARDO

Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María! que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorado vuestra asistencia y reclamado vuestro socorro, haya sido abandonado de Vos. Animado con esta confianza, a Vos también acudo, ¡oh Madre, Virgen de las vírgenes! Y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana. No desechéis, ¡oh Madre de Dios!, mis humildes súplicas, antes bien, inclinad a ellas vuestros oídos y dignaos atenderlas favorablemente.

BAJO TU AMPARO
 
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios. No desoigas nuestras súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos de todos los peligros, Virgen gloriosa y bendita.

Magnificat

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí. Su nombre es Santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

Él hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón. Derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. A los hambrientos los colma de bienes y a los ricos despide vacíos.

Auxilia a Israel su siervo, acordándose de su santa alianza según lo había prometido a nuestros padres en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo como era en principio ahora y siempre por los siglos de los siglos.

Amén.



 
 
 
 
 

lunes, 23 de agosto de 2010

La Hora de la Misericordia


Las Tres de la Tarde


Según el diario de Santa María Faustina Kowalska :





"Yo te recuerdo hija mía que tan pronto como suene el reloj a las tres de la tarde, te sumerjas completamente en mi Misericordia, adorándola y glorificándola; invoca su omnipotencia para todo el mundo, y particularmente para los pobres pecadores; porque en ese momento la Misericordia se abrió ampliamente para cada alma."


"A la hora de las tres imploren Mi misericordia, especialmente por los pecadores; y aunque sea por un brevísimo momento, sumérgete en Mi Pasión, especialmente en MI desamparo en momento de agonía. Esta es la hora de gran misericordia para el mundo entero. Te permitiré entrar dentro de Mi tristeza mortal. En esta hora, no le rehusare nada al alma que me lo pida por los méritos de Mi Pasión."

La Coronilla de la Divina Misericordia:

"Alienta a las personas a decir la Coronilla que te he dado... Quien la recite recibirá gran misericordia a la hora de la muerte. Los sacerdotes la recomendaran a los pecadores como su último refugio de salvación. Aun si el pecador mas empedernido hubiese recitado esta Coronilla al menos una vez, recibirá la gracia de Mi infinita Misericordia. Deseo conceder gracias inimaginables a aquellos que confían en Mi Misericordia." 


"Escribe que cuando digan esta Coronilla en presencia del moribundo, Yo me pondré entre mi Padre y el, no como Justo Juez sino como Misericordioso Salvador."